viernes, 2 de enero de 2015

Stay Strong

Capítulo 1
¿Embarazada?
— Más vale que sea bueno. —Advertí antes de abrir la puerta bruscamente.
Andy me miraba en el umbral de la puerta del departamento con una ceja alzada y brazos cruzados sobre su pecho.
— Más vale que sea bueno. —Imitó con voz de burla.
Dejé abierta la puerta y caminé a la cocina, esperando que me siga.
— Estaba durmiendo la siesta, Andy. Sabes lo que me está costando dormir estos días.
— Ah, ya entiendo. La señorita ahora-soy-una-chica-universitaria está demasiado atareada con la escuela y su trabajo de camarera, ¿verdad?
Asentí a regañadientes y su sonrisa se ensanchó.
— Te lo dije.
— Lo sé.
— No puedes hacer ambas cosas a la vez…
— Andy, no soy la primera chica que trabaja y va a la universidad, no es algo imposible. —Comencé a hacerme un té de manzana que había descubierto cuando llegamos a Tacoma.
— Pero nunca trabajaste en tu vida, Blaze. Puedo entender que sea un gran cambio. —Hurgó en los estantes de la cocina buscando comida, pero como pasaba el último tiempo, no había demasiado de donde elegir.
— No tengo dinero, Andrew, ¿qué demonios esperas que haga?
— Megan, ya sabes la respuesta a esa pregunta.
Suspiré pesadamente y lo ignoré deliberadamente.
Llama a tus padres, Meg. Ve a Seattle de visita. Diles que estás bien, pero no tienes dinero. Tu papá no dudará en dártelo.
Esa era siempre su maldita respuesta. Pero no podía. No ahora, al menos. Si antes pensaba que la muerte de Josh era algo duro para hablar, con el descubrimiento de un nuevo miembro Waters no tenía idea de cómo le diría que tenían un nieto que su hijo perfecto nunca quiso reconocer.
 Habían pasado un poco más de dos meses desde que dejamos Santa Bárbara y nos mudamos a Tacoma para empezar la universidad. Al principio me había sentido tan perdida, no solo por todos los acontecimientos que habían llegado juntos y llevándose mi tranquilidad lejos, sino porque no tenía a mi hermano que solucionara mis cosas. Ni a Josh ni a Damon.
Tenía a Caden y Andy, sin embargo, que me visitaban constantemente, recordándome que tenía gente que me amaba y creía en mí.
Al final, el hecho de que el compañero de departamento de Caden, Travis, se haya mudado, hizo posible que Andy se mudara con su primo, mientras que Livvie, Kai y yo encontramos un pequeño departamento dentro de una galería gótica medio extraña cerca de la universidad. Había una especie de regla estúpida que indicaba que el primer año debíamos vivir en las habitaciones que la institución proporcionaba, pero nada que un niño de 5 años con cara de ángel no pudo solucionar.
Livvie tomaba unas pocas clases menos que yo, pero nos habíamos dividido el tiempo para que pudiéramos pasar tiempo con Kai cuándo él no estaba en la escuela. Había estado tan emocionado cuando lo llevamos juntas a su primer día de escuela que casi podría decir que el día fue perfecto, pero entonces preguntó dónde estaba su tío Liam. Ni siquiera había terminado de entrar antes de que Livvie y yo estuviéramos llorando en el medio de la acera.
Nos habíamos vuelto tan patéticas que daba pena.
Ni siquiera había pasado un mes cuando Quinn y Lisa se trasladaron a las habitaciones de la universidad. Lisa parecía más hosca que de costumbre, y supuse que era por mi hermano, pero la verdad es que no quería preguntar. Quinn se sentía mal por su amiga, era obvio, pero todos podíamos ver también que estaba radiante de estar cerca de Caden. Eran tan malditamente tiernos. Estaba seguro de que nosotros jamás fuimos así.
Me sentía un poco incómoda alrededor de ellas, pero espero que no dure mucho tiempo porque ambas parecían buenas chicas.
Livvie y yo habíamos dejado las mierdas en el pasado —hasta podríamos decir que incluíamos a Damon y Liam, el par de mierdas número uno, dentro de la categoría— y ambas trabajábamos en un bar a dos manzanas del departamento llamado Sweet Angel. Lo sé, lo sé, sonaba como algún nombre cliché de un club nudista, pero en realidad era decente…un poco. Archer, el tipo que nos contrató, era amigo de Caden y había oído de Livvie un resumen bastante detallado de nuestra vida personal, y como últimamente hasta nuestras caras daban pena, el pobre hombre hizo posible trabajar, estudiar, y cuidar a un niño de cinco años que va a la escuela.
Por las mañanas, Livvie hacía de camarera y servía el desayuno en el bar, mientras yo alistaba a Kai para la escuela a la que Andy y yo llevábamos, y luego íbamos a clases. Cuando terminaba buscaba a Kai y almorzábamos en Sweet Angel con Livvie hasta que iba a sus clases de la tarde, y Caden pasaba a buscar a Kai para llevarlo a su departamento y entretenerlo hasta que yo salga del trabajo, mientras que Livvie estaba en la universidad. Mientras yo salía a las 6 de mi turno y pasaba a buscar a Kai, Livvie salía a la misma hora de las clases y hacía la cena, para luego entrar a las 8 y salir a medianoche. Y si creyeron que esos horarios eran complicados, los del fin de semana eran aún más confusos: Como Archer necesitaba solo una camarera más los sábados, por lo general hacíamos uno cada una, desde las 6 hasta la medianoche. El domingo teníamos libre ambas, lo que era un maldito alivio, y pasábamos todo el tiempo que podíamos con Kai.
Livvie estaba inmensamente triste, lo sabía. A veces le costaba levantarse de la cama, posiblemente sabiendo que nunca vería a mi hermano de nuevo, incluso aunque él quisiera. Había perdido la esperanza de que la busque, y no quería decirle a Kai que había tenido un padre, pero que ahora no lo conocería porque estaba muerto. Era duro para ella ver a Andy, porque sabía que le gustaba, pero de alguna manera sentía que traicionaba a mi hermano, lo cual era estúpido. Mi hermano era un jodido imbécil por dejar pasar a las dos hermosas personas que vivían conmigo. Sobre todo a Kai, el niño más especial que había conocido.
Ahora él me decía “Tía Megan”, y no, no es porque Livvie le haya dicho la verdad, pero Kai pensaba que yo estaba con su tío Liam, entonces yo tenía que ser su tía.
— ¡Yo los vi! —Gritaba cada vez que le decía que no estaba con su tío. — Estaban besándose en la playa. Eso significa que ahora van a casarse, ¿o no? —Los chicos y Livvie solo se reían de mi vergüenza. Ahora solo parecía una broma que me hacían de vez en cuando.
Y cuando lo decía con esa vocecita, no tenía el corazón para decirle que no. Era tan parecido a mi hermano mayor que a veces era inevitable que unas pocas lágrimas se me escapen…
Bueno, estaba gran parte del día llorando. Y la mayoría de la noche, que era una de las razones por las que no podía dormir, pero no iba a decirle eso a Andy… quien ahora se estaba comiendo las Oreos que Kai y yo guardábamos detrás de paquetes de sopas instantáneas y otras cosas.
— ¡Dame eso! —Le arrebaté de las manos el paquete. — ¿Sabes lo difícil que fue esconderlas de Livvie? Kai va a estar tan triste. —Sin pensarlo, me eché a llorar.
Andy me miró conmocionado.
—Lo siento…no sabía que…
— ¡Comerle las galletas a un pobre niño! Vaya pedazo de mierda que eres. —Sollocé y froté la manga de mi abrigo en mi nariz.
— Jesús, Blaze. —Andrew me tomó en brazos mientras devoraba el paquete de Oreos y lloraba al mismo tiempo. — ¿Estás bastante susceptible, verdad?
— Un poco. —No sé qué me pasa, solo sabía que lloraba todo el maldito tiempo. Parecía embarazada o algo así…
Pero eso no era posible porque había estado en abstinencia bastante tiempo. Mi vida amorosa tampoco estaba mejorando tanto.
La última vez que me acosté con alguien…
— ¿Megan? ¿Qué estás pensando? —Andy preguntó, pero yo estaba bastante ida.
Ese chico de la escuela que me encontré en la fiesta hace un mes…no, no habíamos llegado a tanto. Mmm… definitivamente no me había acostado con Liam esa noche, lo que me dejaba en…
— Mierda. —Solté el paquete de galletas instantáneamente y miré a Andy con los ojos como platos.
— ¿Qué? —Preguntó temeroso. Generalmente mis ojos como platos no presagiaban nada bueno.
— Estoy embarazada. —Solté, aunque no estaba del todo segura.
— ¡¿QUÉ?! —Andy me soltó de golpe. — ¿Cómo que estás embarazada? ¿De cuánto? Y lo más importante, ¿de quién? —Parecía bastante alterado.
— ¿De cuánto qué? —Livvie, Kai y Caden aparecieron en la puerta. Habían ido a comprar comida, gracias a Dios, pero ahora sentía que podría vomitar cualquier cosa que me pusieran enfrente.
— Caden…—Comencé
— ¡MEGAN SE EMBARAZÓ! —Andy, por supuesto, creía en las cosas claras y directas, y no tuvo ningún tipo de culpa cuando los ojos de Caden y Livvie se abrieron como platos.
— ¡Un bebé! —Gritó Kai, pero todos los demás estaban ocupados mirándome en silencio. — ¿Es del tío Liam, verdad? ¡Hay que llamarlo y decirle!
Santa mierda, no iba a dejar que nadie haga eso. Además, era irregular, había pasado más tiempo sin que mi período no venga, en realidad. Solo lo solté porque…bueno, tenía síntomas de embarazada.
— Chicos, yo no estoy…
— ¿Es eso? ¿Mi hermano te embarazó y no ibas a decirnos nada? —Livvie parecía que echaba humo por las orejas. No sabía con quién estaba enojada, pero no me daban tiempo para abrir la boca.
— ¡No! Liam no me embarazó, de hecho…
— ¡Fue ese hijo de puta de Rush, ¿ah?! —Andy golpeó la encimera. — ¡Por eso quisiste irte tan rápido! Él no se hará cargo del bebé, hijo de puta pedazo de mierda, le romperé la cara…
— ¡Basta, por favor! —Les grité. —Nadie me…
— ¡Vamos a buscarlo! —Dijo Caden de repente. —Vamos a cortarle las pelotas y hacérselas tragar.
— Caden, no seas estúpido, no es necesario que vayan porque…
En ese momento Kai vino corriendo. Raro, no me di cuenta que se había ido en primer lugar.
— ¡¿Qué no es necesario, Megan?! —Gritó Andy, pero yo miraba a Kai que venía a su espalda con un teléfono en la mano. Querido Dios, que no sea lo que estoy pensando. — ¡Ese maldito te deja embarazada y tú estás más que tranquila! Maldito Rush y su polla. —Maldijo y Kai jadeó.
Todos lo miramos con horror, pero Livvie fue la que habló.
— Por favor, cariño, dime que no le marcaste al tío Liam.
Pero Kai estaba con la boca abierta, así que solo le tendió el teléfono.

— ¿Hola? —Dijo Livvie temerosa. Al cabo de unos segundos cerró sus ojos. —Hola, hermanito.

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